J'ai un rêve (Tengo un sueño)

Para comerse el coco (Mates + Filosofía)

René Descartes fue un ilustre filósofo francés conocido como el padre del racionalismo y el creador de la máxima “Cogito ergo sum” (“pienso, luego existo”). No obstante, también destaca por su labor científica, como el sistema de referencia cartesiano. Pero, ¿por qué dejó de lado el mundo de las letras para sumergirse en el estudio de las matemáticas? ¿Cómo descubrió que ese debía ser su camino?

El tercer sueño de Descartes, por Sara Sandu

El tercer sueño de Descartes, por Sara Sandu

Descartes nació en 1596 en La Haye en Touraine, una pequeña ciudad de Francia que ahora, en su honor, lleva su nombre. Pertenecía a una familia de baja nobleza, siendo hijo de un consejero en el Parlamento de Bretaña y nieto de un antiguo alcalde de Nantes. Tras la temprana muerte de su madre trece meses tras su nacimiento, fue criado por su padre y su abuela. Desde muy pequeño se planteaba muchas preguntas y, debido a ello, su padre comenzó a llamarle su “pequeño filósofo”. Durante cinco años fue educado en el Collège Henri IV de La Flèche, un centro de enseñanza jesuita, en el que se le inculcó una sólida introducción a la cultura clásica, leyendo a grandes autores como Horacio, Virgilio o Platón. También se le introdujo a las matemáticas puras, a la física, astronomía… y mostró notable interés por las primeras. A pesar de ello, años más tarde ingresó en la Universidad de Poitiers para estudiar Medicina y Derecho. Ahí se dedicaría plenamente a las letras licenciándose en esta última. Pero ¿por qué el conocido filósofo estudió Derecho? La respuesta yace en la familia, cuyas expectativas, además de las oportunidades laborales, tomaron la decisión por él.

Con veintidós años parte hacia los Países Bajos debido a la Guerra de los Treinta Años, con la idea inicial de unirse al ejército, aunque finalmente no se uniría. Allí conoce a Isaac Beeckman, con quien durante varios años mantendría una intensa y estrecha amistad. Juntos intentaron desarrollar una teoría física corpuscularista. En ella afirmaban que si la luz fuese finita, entonces la Tierra, el Sol y la Luna estarían desalineados durante un eclipse. Este contacto con Beeckman estimuló su interés por las matemáticas y la física. Pese a sus constantes viajes, nunca dejó de formarse y escribió numerosos artículos, entre ellos destaca Sobre la presión del agua en un vaso.

Sin embargo, no fue hasta “los tres sueños” que decidió emplearse más a fondo en una carrera investigadora. Se dice que al quedarse dormido después de haber pasado un gélido día de invierno en una habitación calentada por una estufa, tuvo tres sueños sucesivos.
En el primero, unos fantasmas le atemorizaban mientras intentaba caminar por la calle. Iba encorvado hacia el lado izquierdo, ya que sentía una gran debilidad en su lado derecho. Cuando intentó rectificar su paso, un fuerte torbellino le sacudió. Vio una iglesia e intentó resguardarse en ella, pero antes de entrar se encontró con un hombre que le dio un melón. En ese momento se despertó. Descartes rezó y le pidió a Dios que lo protegiera y volvió a dormirse. Del segundo sueño se despertó aterrado por un sonido explosivo, como un trueno. Abrió sus ojos y notó numerosas centellas de fuego dispersas por toda su habitación. Le pudo el cansancio y se volvió a dormir. En el tercer sueño, Descartes se encontraba en un cuarto con una mesa. Sobre ella había dos libros: un diccionario y una antología de poesía latina. Abrió el poemario y leyó un verso que decía: “Quod vitae sectabor iter” (“¿Qué camino de vida debo seguir?”). Posteriormente, un hombre desconocido se le acercó mostrándole un papel en el que ponía: “sí o no”. Finalmente el hombre y los libros desaparecieron y Descartes se despertó. Intentó descifrar aquellos sueños. Los dos primeros le habían llenado de terror, pero el tercero le tranquilizó. Interpretó el diccionario como la sabiduría de todas las ciencias juntas y la antología de poesía como la filosofía. De este modo, descubrió que su cometido en la vida era ser investigador, ya que consideró estos sueños como un mensaje divino. Así empezó a potenciar su amplia carrera científica. ¿No resulta sorprendente cómo un célebre filósofo, conocido por cuestionar todos los más pequeños detalles, eligió su carrera profesional debido a unos sueños?

El trabajo matemático de René Descartes está recogido en La Géométrie. Su trabajo principalmente engloba la geometría cartesiana y la teoría de las ecuaciones. Descartes fue pionero en la notación de superíndices para indicar los exponentes, por ejemplo x2x^2, e introdujo el uso de letras del alfabeto como variables. Destaca principalmente por el Teorema de los círculos de las cuatro tangentes y el Teorema sobre el defecto total de un poliedro. En este último se explica que el defecto total (la suma de los defectos de todos los vértices) de un poliedro convexo es de 4π4\pi radianes. Cabe mencionar los trabajos que realizó con Pierre de Fermat, que fueron la base para el cálculo desarrollado por Newton y Leibniz.

Durante todos sus años de investigación viajó mucho, pero principalmente se estableció en los Países Bajos para protegerse de cualquier encarcelamiento o incluso de la muerte, debido a las fuertes restricciones de la Inquisición. En uno de estos viajes, en Estocolmo, Descartes murió de neumonía en 1650, dejando un gran legado no solo filosófico, sino también matemático y físico.

Bibliografía

  1. Natalicio de René Descartes, del Blog de Cardiosistemas Orígenes de la Tecnología Médica.
  2. Fernández Tomás y Tamaro. Elena. Biografía de René Descartes. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona, España, 2004.
  3. Juan Pablo Segundo Espinola. René Descartes : vida, obras, aportaciones y características. Enciclopedia Humanidades [Online] 30 julio, 2018
  4. FILrioSOFÍA. Los tres sueños de Descartes. Del Blog filosofiariojucar.blogspot.com. Enero 2015.